Historia - Trullo "Vicolo fiorito"

Alberobello, la ciudad de los trulli, ocupa un terreno rico en piedra caliza estratificada, un material de construcción que caracteriza la imagen de la ciudad y de toda la región. Los trulli se construyeron a partir del siglo XV. A los agricultores que pretendían establecerse en la zona se les permitía construir sus viviendas, pero se les prohibía utilizar cualquier tipo de cal. De hecho, un decreto real prohibía a los barones erigir nuevos asentamientos urbanos. Con este método de construcción, en caso de una inspección real, el conde de Conversano, administrador de la zona, habría ordenado la rápida demolición de los trulli y evadido impuestos. En 1644, en una sola noche, los trulli fueron demolidos, las piedras esparcidas y los habitantes desalojados. Tras la inspección, los agricultores regresaron y reconstruyeron sus viviendas, respetando el método de construcción con piedra seca. A pesar de las severas leyes del reino y los caprichos del señor feudal Giangirolamo Acquaviva D'Aragona, una gran comunidad creció y se asentó a principios del siglo XVII. La proclamación de Alberobello como ciudad real en 1797 marcó el inicio del uso del mortero en la construcción. Hoy en día, más de mil trulli han sido declarados monumentos nacionales desde 1930 y Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde 1996.

Se cree que el término "trullo", del griego tholos, que significa "cúpula", es una derivación en mampostería de la cabaña primitiva. Toda la estructura del trullo está construida con piedra caliza local, inicialmente colocada de forma irregular sin ningún material de unión. En los trulli más antiguos, construidos a partir del siglo XV, la bóveda cónica se elevaba directamente desde el suelo sobre una planta circular. En los trullos más recientes, que constituyen la mayoría y datan del siglo XVII, la bóveda se apoya en los muros perimetrales de la casedda, generalmente de planta cuadrada. El revestimiento exterior de los trullos está compuesto por losas de piedra caliza (chiancole), que, al igual que las tejas, impiden la infiltración de agua. Finalmente, un pináculo decorativo de diversas formas se coloca en el vértice del cono. Diseños sagrados y profanos, estrellas, cruces, lunas crecientes y símbolos astrales, a menudo se trazan en los conos con cal. Las partes significativas de la construcción del trullo son esencialmente dos: el doble espacio central, dividido por la cúpula con un entrepiso, que corresponde externamente a la cubierta cónica, y varios espacios laterales, alcobas, que tienen funciones específicas, como dormir o cocinar.